lunes, 3 de agosto de 2015

Pamplona

Pamplona se despide con la melancolía que merece quién deja tanto detrás..
Se queda una etapa de un camino andado, disfrutado, soñado y cumplido.
Pamplona late y se queda con esta sonrisa de todos esos amigos y gente que supo querer a alguien que venía a llevarse tantos buenos momentos..
Pamplona suena con esas melodías entonadas en "la menor", acompasando al amor que llegó a destiempo, cómo no.. y se llevó los días como quien arranca y roba una flor de un jardín vecino. 

Pamplona me recibió a su manera, que al principio me costó entender, pero que rápidamente adapté como modo de vida. 
Este año transcurrido, me deja grandes enseñanzas, grandes desafíos (algunos cumplidos y otros que recién empiezan), me deja todavía muchos rincones por descubrir, muchas historias que vivir, mucha tinta por derramar sobre las páginas de este gran libro que no deja de sorprenderme con tantas "coincidencias".
Esta ciudad, este país, esta gente, me dio, sobretodo, la energía para emprender mi siguiente aventura, me dio confianza, me dio sueños, promesas y deseos de seguir compartiendo día a día esta locura de, simplemente, vivir. 
Me voy por un rato pero con la certeza de volver a éste que fue mi hogar y el lugar donde pasé mis mejores horas, experiencias y encontré a grandes personas que me llevaré siempre conmigo.
Gracias! Por llenar mi mochila de recuerdos, alegrías, consejos, nostalgias, risas, besos, abrazos y tanta buena energía.
Gracias por dejar las puertas abiertas.
Ésto no es el final de una etapa.. es el principio de todas!

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