Aire.
Sobrepoblación de oxígeno en la sangre.
Una imagen te deja en el aire.
Llena tu pelo de cosquillas y de sol.
Alto.
Te hacés más grande y fuerte.
Te llenás los pulmones y las manos de impulso.
Resistís todas las miradas.
Buscás la suya entre las demás.
Las separás una a una
y más impulso.
Tal vez no es demasiado alto,
demasiado riesgo.
Esa sonrisa, que va de un lado a otro,
empieza a apagarse.
Se resigna a no encontrar al menos un reflejo
que no demuestre la misma felicidad liberada.
Y así decidís esconderla.
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