viernes, 7 de agosto de 2015

BARCELONA

Classic!
Classic se refiere a una situación común en la que algún ser predecible reacciona de una manera común.

En este viaje apareció mucho esta palabra. Pero poca relación tiene con las características del mismo. Si de algo estamos seguras, es que de normal y classic no hubo mucho. 

Nos encontramos en Barcelona un lunes a las 9:00 P.M. Y cuando digo "nos", me refiero a Ella y Yo, a Ella y a Mí.
Ella ya había entablado relación con nuestro roommate Autraliano, cuyo nombre sigo sin poder pronunciar, del hostel que nos iba a albergar las siguientes 4 noches.
Aún sin comprender o sin todavía encontrarnos, intentamos charlas absurdas y sin demasiado contenido imprescindible.. Como esas amigas que se juntan a tomar mates todos lo días, y no como esas que no se ven ni sabe nada una de la otra desde hace un año.

Entre "tabaco de liar" y "cigarrillos electrónicos mentolados" (sin olvidar mencionar la coca zero), así de "poco común" arranca nuestra noche en Barcelona.
Creo recordar que teníamos un hambre de matar y decidimos olvidar a nuestro amigo (Calham o algo así) y deambular por la Rambla.
La noche se desarrollaba tranquila mientras nos poníamos al día y nos dejábamos atrás las obligaciones, responsabilidades, tareas y mambos cotidianos..
Debíamos descansar y tomar energías. Un nuevo día nos esperaba.


Ella remoloneaba más para despertarse. La otra, con su tos, no dejaba dormir a nadie.
Entre mapas, GPS, búsqueda de wi-fi gratuito, decidimos, una vez más, olvidarlo todo y que el viaje en sí nos sorprenda. Y la verdad, es que superó nuestras expectativas.
Nos pusimos de tapas, pulpos, aceitunas rellenas de no se qué historia, paella y las infaltables patatas bravas... hasta el moño, chaval! Por suerte caminamos y nos perdimos lo suficiente como para que no se notara demasiado.


Llegaba la noche y la Barceloneta, no nos dejaba de asombrar con su encanto.
De la mano del "Diego" (o de los tobillos), mejor dicho) toda la vuelta fuimos a dar.. Levantamos la copa y brindamos por esta amistad que se volvía a encontrar y yo creo que para nunca más perderse.

Gente loca, si las hay..(además de nosotras). Gente millonaria, "RICHE", amiga de famosos no tan famosos. Gente linda, cómo no! Y alguna otra Austríaca u Holandesa conchuda que nos apagaba la luz.

Onomatopeyas a parte, los monumentos, la onda, el arte y la historia de esta hermosísima ciudad, nos enamoró de tal manera que siempre querramos volver. Y espero no se haga esperar, ya que hay muchos planes y muchas sorpresas por vivir aún.
Nos despedimos de la cuna de Gaudí, pero sin tanta nostalgia.. Porque esto recién empieza. 

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